Sonido diegético y extradiegético
EL sonido diegético y extradiegético
En la producción audiovisual en general, pero especialmente en la cinematográfica, el sonido se configura como un elemento expresivo - narrativo que permite la experiencia sensible y logra el efecto psicológico anímico de una escena. El sonido incluye las voces, los efectos sonoros (Foley) y la música. Estos elementos se presentan al espectador de dos maneras diegético o extradiegético, incluso algunos diseñadores de sonido crean efectos combinando estas formas que explicamos a continuación.
Sonido diegético
El sonido diegético es el que pertenece a la escena, es decir, la fuente sonora pertenece y está en la escena. Por ejemplo, cuando un personaje pone a sonar una canción en su reproductor de CDs, o cuando la escena transcurre en una discoteca donde la gente baila la música que está sonando. Según esto es sonido diegético, también las voces de los personajes, los ruidos que producen los objetos en la escena, una puerta, un disparo, una cascada, un grito, etc.
Estos sonidos se clasifican de dos formas técnicamente:
sonido (diegético) in cuando la fuente sonora está en el campo de la cámara, es decir que el espectador lo ve en la imagen.
Existe un sonido diegético subjetivo que tiene que ver con lo que imaginan sonoramente los personajes, por ejemplo la voz interior del personaje que solo él escucha (por lo tanto, el espectador también) y no los demás personajes en la escena.
El sonido diegético es un recurso dramático que el director utiliza de diversas maneras para enriquecer la narrativa de una escena, aumentar la tensión, crear efectos dramáticos diversos. un ejemplo de esto es la escena de Elephant (2003) del director Gus Van Sant:
https://www.youtube.com/watch?time_continue=261&v=F5YNsoh1L6M
Sonido Extradiegético
Por Carlos Andrés Pérez Vásquez
inearsound63@gmail.com
Preguntas frecuentes
¿Por qué la voz me suena diferente en una grabación?
El sonido puede llegar hasta el oído interno por dos sendas diferentes, que pueden, a su vez, afectar lo que percibimos. Los sonidos que el aire transmite son conducidos a través del canal auditivo externo, el tímpano y el oído medio hasta la cóclea, una espiral llena de liquido que se encuentra en el oído interno. En cambio, el sonido transmitido por vía ósea alcanza la cóclea directamente, a través de los tejidos de la cabeza.
Al hablar, la energía sonora se difunde por el aire que nos rodea y llega hasta la cóclea a través del oído externo, por conducción aérea. Pero el sonido también viaja directamente desde las cuerdas vocales y otras estructuras hasta la cóclea, y las propiedades mecánicas de la cabeza refuerzan las vibraciones de baja frecuencia, de tonos más graves. La voz que oímos cuando hablamos es la combinación del sonido transmitido por ambas vías. Cuando escuchamos una grabación de nuestra propia voz, se elimina la senda de conducción ósea, que nosotros consideramos parte de nuestra voz normal, y solamente oímos la componente transmitida por el aire, aisladamente, que no nos es familiar. Podemos experimentar el efecto inverso taponándonos los oídos, con lo que solamente oiremos las vibraciones conducidas por los huesos.
Algunas personas sufren anomalías del oído interno, que intensifican tanto la sensibilidad al componente de transmisión interna, que el sonido de su propia respiración les resulta agobiante, y pueden llegar incluso a oír el movimiento de sus ojos en las órbitas.
Thimoty E. Hullar. Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, San Luis.
Articulo publicado en Investigación y Ciencia Nº 390